Cine y Moda. Por Jean Paul Gaultier

 Podemos visitar la icónica exposición ''Cine y Moda. Por Jean Paul Gaultier'' del 18 de febrero al 5 de junio en la segunda planta de Caixaforum, Madrid. La muestra aúna la influencia mutua de ambas industrias. Se exhibe un conjunto de piezas, mayormente indumentaria, fotografías, carteles y fragmentos de películas que reflejan la simbiosis entre el cine y la moda bajo la particular mirada de Jean Paul Gaultier.

Vemos como los nexos existentes entre cine y moda transgreden los géneros, inventan nuevos iconos y renuevan sus cuerpos. La exposición está dedicada a su amiga Tonie Marshall, directora de cine e hija de la actriz Micheline Presle, a quien Jean Paul Gaultier descubrió a los 13 años cuando vio Falbalas de Jacques Becker, en la televisión. El melodrama, ambientado en una casa de alta costura, fue una auténtica revelación para el diseñador y su primera escuela de moda. Marcel Rochas, se encargó del vestuario de la película, fue uno de los primeros diseñadores, el cual entendió que sus diseños podrían exhibirse por medio del cine. Rochas también suele ser considerado como el inventor, de la guêpière, reformulada por las primeras colecciones de Jean Paul Gaultier a partir de sus primeras colecciones de prêt-à-porter. Marcado por los corsés de su abuela, el diseñador transformó esta prenda interior en exterior, convirtiéndola en una de las piedras angulares de su marca. 

Corsé y guêpière: La lencería moderna apareció a principios del siglo XX. Tras siglos de corsés que aprisionaban a la figura de la mujer, la faja y el sujetador continuaron moldeándola pero sin tanta rigidez. A partir de 1945, la guêpière, una especie de corsé más flexible, combinado con un sujetador de aros, se popularizó con el éxito de New Look de Christian Dior. 

De la cortesana a superwoman, y del macho al dandy, los arquetipos femeninos y masculinos de la gran pantalla están en permanente evolución, como claro reflejo, y a veces anticipación, de los papeles de hombres y mujeres en la sociedad. 

Vestido llevado por Penélope Cruz en La niña de tus ojos, de Fernando Trueba, 1998. Mantones de manila en seda, teñidos y bordados a mano. (Sastrería Cornejo).

El gran vínculo de Jean Paul Gaultier con España empieza en su infancia, cuando veraneaba con su familia en el País Vasco francés. Fueron de gran referencia estética para él iconos como Carmen Sevilla o Sara Montiel. En muchas de sus creaciones vemos el gusto por el folklore, los volantes, el brillo de los trajes de lunes, la suntuosidad de los colores, el flamenco, etc.

Vestido similar al que lucía Sara Montiel en La dama de Beirut, de Ladislao Vajda, 1965. Seda salvaje, bordado de lentejuelas de plata sobredorada, perlas, lúrex dorado y crin de caballo. Peluca de pelo original de Sara Montiel. (Autor desconocido)

A partir de los años treinta, estrellas de Hollywood como Marlene Dietrich y Katherine Hepburn afirmaron su androginia llevando prendas tradicionalmente adscritas al vestuario masculino, como el pantalón o el esmoquin. Estas pioneras trastocaron los códigos para reivindicar la libertad de vestirse como les viniera en gana, pese a ser una minoría, proclamaron así la igualdad entre los sexos. En los años setenta tomó mayor auge. Dicha inversión de los géneros se ha manifestado en los desfiles de Gaultier y también en las películas para las que diseñó el vestuario, con especial alusión a Pedro Almodóvar. Ambos comparten una visión del mundo marcada por el color, la impertinencia y la falta de prejuicios. Con predilección por cuerpos distintos y queer

Traje llevado por Victoria Abril en Kika, de Pedro Almodóvar, 1993. Atuendo con casco provisto de cámara y un mono con auténticos faros en el pecho, electrificados, con los cables a la vista. (Jean Paul Gaultier).

Los sesenta, una moda revolucionaria: la ropa pasó a estar enfocada en la generación del baby-boom, mezclándose modernidad y juventud. Fue entonces cuando la moda unisex, propuso un acercamiento radical entre la imagen femenina y masculina. Destacan André Courrèges y Pierre Cardin, permitiendo vestir pantalones a la mujer, éste último abanderado de una moda más libre. 


Traje chaqueta de dos piezas, sombrero y botas altas. Colección alta costura primavera-verano 1965, lana, paja y cuero. (André Courrèges).

Pop y metal: como hemos pedido apreciar la moda de los años sesenta era revolucionaria, fue la época del Space Age. Jane Fonda fue quien se enfundó una túnica psicodélica de metal especialmente diseñada por Paco Rabanne, el diseñador dos años atrás, causó furor en las pasarelas de París con «12 vestidos imposibles de llevar» hechos con rhodoid y acero, y confeccionados con soplete.

El desfile, celebración definitiva de la moda, en los años ochenta, Jean Paul Gaultier y otros diseñadores como Thierry Mugler o Vivienne Westwood convirtieron el desfile de moda en un espectáculo por derecho propio. La escenografía, la orquestación sonora y la actitud de los modelos, que parecen interpretar una obra como tal, se unen para culminar dicha acción en una gran similitud con la del cine. 







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