¿EL GÉNERO DÉBIL?

Alicia Framis (1967, Barcelona) lleva a cabo trabajos artísticos multidisciplinares, con los que construye discursos sociales y feministas implicados sobre el mundo que vivimos, como lo habitamos y nuestras interrelaciones humanas.
A partir de ahí crea el proyecto expositivo ''Pabellón de Género'', estructurado en dos bloques de trabajos. El primero tiene que ver con los espacios, las arquitecturas y las habitaciones. Comenzando el recorrido con la Habitación de la arquitectura prohibida (2017) la artista pone en cuestión los conceptos binarios de género, es un espacio de debate en torno al tema de identidad de género y arquitectura.
La instalación Arquitectura secreta (2009), donde los hombres ofrecen planos de lugares prohibidos para las mujeres a cambio de un par de zapatos; a la titulada Hijas sin hijas (1997) ofrece un espacio para el encuentro de mujeres, para poder pensar sobre las reflexiones sobre la fertilidad una cuestión con la que toda mujer ha tenido que lidiar en algún momento de su vida. 
La Habitación del grito (2013), donde el público puede transformar un grito en un vaso con formas singulares, mediante una impresora 3D. 
Y un segundo bloque compuesto por performances. En el ámbito de la acción-manifestación contra la violencia de género en formato de vídeo Secret Strike Lleida (2005) aparecen cien mujeres con guantes rojos paralizando el tráfico en un paso de peatones como queja ante el inmovilismo institucional respecto a la violencia doméstica. 
En el terreno de confluencia de las performances y la moda se incluye obras como MAMAMEN (2004), una serie de trajes de hombres especiales que transportan a los bebés, dando respuesta a esa nueva vida del hombre transmitiendo esa nueva imagen de hombre que la sociedad realmente necesita; algunos de los trajes han sido realizados en colaboración con el diseñador Gabriel Torres. 
Los trajes de la moda anti_dog, antiviolencia de género y antirracismo, usados en performances colectivas de mujeres, como anti_dog in Ajax football stadium (Amsterdam, 2002), y Against domestic violence (Madrid, 2003) cuyos vestidos fueron realizados por artesanos del mundo de la Alta Costura como Chanel y Dior.

 O incluso la moda sin ropa de hombres en un desfile, como metáfora de la explotación habitual de las modelos, como la performance 8 de junio, libran las modelos (2006), Enrique Loewe invitó a participar en la exposición. En cambio, la actuación fue censurada minutos después a la prensa internacional ya que los asesores de Loewe decidieron que este tipo de propuesta de arte era inapropiado para la compañía y para la audiencia VIP.
En torno a la explotación infantil, Framis nos ofrece la videoperformance Not For Sale (2007-2008-2009), en la que aparecen retratos de unos niños con el torso desnudo salvo por una chapa que cuelga de un collar, en la que se puede leer la inscripción NOT FOR SALE [NO ESTÁ A LA VENTA].
Mientras que en el ámbito del cuerpo y sus límites, la acción, que se convierte en instalación, en la que la autora critica una acción como es el cacheo y dónde se hayan los límites de la intimidad, Forbidden People (2017).
.Y por último, la performance más actual titulada The Walking Ceiling (2018), un alegato al techo de cristal social, laboral y político discriminatorio que aún soportamos las mujeres, en esta obra Framis reivindica un nuevo concepto de liderazgo empresarial, en el que la mujer pueda competir de igual a igual con el hombre , un nuevo papel en el que el acceso de la mujer no quede excluido.






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