Con sombreros y a lo loco


Con motivo de la celebración del Día de Santa Catalina de Alejandría, Patrona de los Sombrereros, el Museo del Traje rinde homenaje a la mujer de los años 20 con una exposición de sombreros y tocados de alta costura inspirados en las modas de la época. En todo el recorrido se puede apreciar la creatividad y maestría de los miembros de la Asociación Española de Sombrereros, organizadores de la muestra.

Celebrando así el pasado 17 de noviembre la sexta edición de la fiesta de Santa Catalina. Además, contaron con el apoyo de la Comunidad de Madrid para desarrollar un sinfín de actividades para todas las edades como por ejemplo un taller infantil de sombrerería, un laboratorio atemporal de fotografía o incluso una demostración en directo de los métodos que lleva a cabo un sombrerero, haciendo énfasis en técnicas de los años 20, como el moulage de fieltro y los adornos de plumas. Acercando al público asistente la forma artesana de trabajar que tienen en sus talleres.

La fiesta de Santa Catalina se remonta a la tradición centenaria en que jóvenes solteras acudían engalanadas con sombreros verdes y amarillos, (simbolizaban la sabiduría y la fe) a vestir la imagen de Santa Catalina de Alejandría con tocados de flores. A raíz de esta tradición el gremio de sombrereros y las grandes casas de costura en Francia comenzaron a considerar a Santa Catalina como su patrona. Al cabo de los años esta celebración se ha extendido al resto de países.

La mujer de los años 20, independiente, trabajadora, coqueta, caracterizada por vestir trajes rectos y pequeños sombreros, proviene de una Europa devastada por la Primera Guerra Mundial, aquella mujer moderna que tenía mayor presencia tanto en Universidades como en puestos de trabajos dominados por hombres hasta el momento, seguía luchando por su derecho al voto.

El sombrero que define a esta época es sin duda el cloche, palabra francesa que significa campana, aludiendo así a la forma del sombrero, que aunque no varía a penas en su forma si contó con diversidad de materiales y acabados. Esta tipología de sombrero quedaba encajado en la cabeza por lo que no se podía llevar con cabello largo, lo que fomentaba el peinado más a lo garçonne. Mientras que en París triunfaban las garçonnes en América lo hacían las flappers, ambas se convirtieron en el prototipo de mujer de los años 20. Una mujer que lucía pelo corto y ninguna curva femenina, acercándose de esta manera a la figura masculina, que descubría por fin las piernas, y que practicaba un nuevo estilo de vida: trabajar, salir sola, fumar, beber, bailar, conducir, practicar deporte, explorar su sexualidad, experimentar con las drogas si era el caso, e incluso decidir su propia vida.


Otros sombreros que triunfan en esta época son el turbante, el bicornio y tricornio, el tocado de noche, y como no el sombrero de ala ancha que a pesar de sus detractores no termina de desaparecer.























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